jueves, 28 de junio de 2012

ROJO


-Creo que sabes por qué estoy acá.

-La verdad no, pero te escucho.

-Mirá, vos sabes que somos amigos desde hace muchos años. Pero creí que entre nosotros no había secretos.

-No entiendo, ¿qué querés decir?

-Quiero decir que cuando usé tu auto, vi lo que había en el baúl.

-Dejá de lado el misterio y decime a dónde querés llegar…

-Cuando abrí el baúl de tu auto, había sangre.

-¿Sangre?

-Sí, sangre. Y además, había un pie.

-¿Es un chiste, no?

-Para nada.

-¿Vos estás queriendo decir que yo asesiné a una persona y guardé el pie en mi baúl?

-No me niegues lo que vi, es tu auto.

-Sí, es mi auto. Pero vos lo usaste hace unos días atrás. Decime una cosa… ¿El pie es izquierdo o derecho?

-No sé, es bastante recto.

-¿Un pie plano?

-Puede que sí, ni me hagas acordar de ese apodo.

-¿Te hace acordar a Carlos pie plano?

-Sí, ¡no lo nombres!

-Te noto nervioso. ¿Hay algo que me quieras decir?

-¿Algo de qué?, (Hace una mueca con los hombros).

-No sé, algo sobre Carlos. Hasta donde me acuerdo, vos lo detestabas. Siempre fue mejor que vos en fútbol y en todos los deportes en realidad. Él decía que era porque tenía pie plano y…

-¡Bueno sí, lo detestaba! Me arruinó la adolescencia, siempre estaba por arriba mío en absolutamente todo. Perdoname, no sé en qué pensaba cuando vine a echarte la culpa de esto.

-Te terminaste pisando solo. Ahora decime… ¿Qué necesitas de mí? Digo, por algo viniste, sabías muy bien que yo no iba a caer, sé que algo querés.

-Necesito eso, eso que esta ahí.

-Vos no querés hacerlo, lo sabés.

-Necesito hacerlo.

 (Tomó la pistola que se encontraba encima de la mesa y se disparó en la cabeza).

-La pistola arriba de la mesa, sólo sirve para tentarlos. Me gusta verlos morir, verlos suicidarse. A veces las personas no pueden cargar con tanto peso, pero no son ellas las que se matan ni yo el asesino. Sino, es la culpa la que las mata.

(En ese instante alguien volvió a tocar a la puerta).

Marcos Deza
Comisión: 37
Profesora: Beatriz Masine



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