martes, 25 de octubre de 2011

Microrrelatos




¡Vive!
Qué paradoja, la muerte hace inmortales a los que no quieren morir.

Los dinosaurios todavía existen
Cuando despertó, se dio cuenta de que él ya no estaba allí, y decidió seguir durmiendo para continuar soñando con dinosaurios.

Dormir despierto
Largas noches de insomnio, pensando en dormir, para luego darme cuenta de que el motivo de mi insomnio no era más que un simple corazón adormecido, que no hacía más que soñar despierto.
                                               
                                                                           Rodrigo González           
                           Comisión 36


El fin de una era
Cuando el dinosaurio despertó, vio que todos los  demás dinosaurios estaban muertos. En ese instante, comprendió que era el último de su especie y que le quedaban segundos de vida.

¡Qué exagerado!
Cuando el hombre despertó, ya era tarde. Su jefe le había dejado sobre el escritorio la carta de despido.
Cuando se llega tarde al presente
Cuando el hombre volvió del pasado, el presente se había cansado de esperarlo. Se fue junto con el futuro, lo abandonaron. El hombre no tuvo otra alternativa que quedarse en el pasado por tardar tanto.

El llamado
Cuando Sofía contestó, no escucho nada. Del otro lado del teléfono sólo un suspiro y detrás de este, un amor imposible.

                                                                                                                                           Giselle Roldán                                Comisión 36


  Despertar
 Cuando el dinosaurio despertó, se encontró sin un hueso.

Dinosaurio ¿Vivo?
Cuando el dinosaurio murió, Susana Giménez lo revivió.

Van a desaparecer
Cuando el dinosaurio habló, Grondona lo aplaudió.


“Unidos triunfaremos”
 Cuando el dinosaurio habló, Clarín lo apañó.

La mañana siguiente
Cuando te miré, no supe si eras real. Al despertar, me di cuenta de que esa duda la provocó la ebriedad.

No quiero perderte
Cuándo, dónde, cómo te perdí; mi aroma no es lo que era desde que no estás aquí. Ahora tendré que ir a la farmacia a comprarme otra fragancia.

                                                                              Camila López Mayr
      Micaela Escudeiro                                                                                                       
Mariela Mazzú       
   Comisión 36

Un día para agendar
Ana es una persona muy organizada, pero demasiado distraída, por lo que anota absolutamente todo lo que debe hacer en su agenda personal. Una mañana, inmersa en sus pensamientos, la pierde; sin embargo, en medio de su consternación, halla otra igual ¡Qué suerte! Ahora, podría vivir por, un día, la vida de otra persona. Al abrir la agenda, Ana descubre una lista de cosas por hacer antes de morir, que el dueño ha anotado. Entusiasmada, comienza a cumplir cada meta propuesta y al final del día  cuando sólo le restaba una, se recuesta  cansada sobre las vías.

  Sacando culpas
  Luego de sumergirla en agua, agregarle el jabón, y refregar por horas, mi conciencia aun  no está limpia.

     
Pamela Gómez
Comisión 36

Visión especial
“Está muy nerviosa en su casa, hace días que espera esta cena. Se corta la luz, pero no se da cuenta y sigue cocinando. Ya debería estar por llegar su pareja, así que prende las velas aromáticas que compró hace un par de horas y saca la carne del horno, torpemente se quema el brazo. Pasan las horas, y nadie llega. La luz tampoco”

Luz de ciudad
‘Cuando la luz de la luna entró sin permiso por mi ventana, ya no pude conciliar el sueño. Un escenario que podría ser bello, incluso romántico. Me incorporé para poder apreciar el satélite y descubrí, de dónde provenía realmente la luz. Dos faroles del balcón del vecino. Que linda es la ciudad’

El Dinosaurio
‘Cuando el dinosaurio se levantó, no supo más que preguntar qué le pasó al mundo, ignorante de su realidad’

Irina Calcagno                                                                                                         
Comisión 36

 

La alegría de su vida
La mujer le dice a su esposo en el día de su cumpleaños que le va a dar el mejor regalo del mundo. Él entusiasmado contesta:
-¡Por fin me vas a dar el divorcio!

 ¿La última risa?   
 ¡Último momento! Una mujer que se reía todo el tiempo murió ayer de la risa. En el entierro, se podía escuchar las carcajadas que salían del cajón y los murmullos de los dolientes quejándose que ni siquiera estando muerta iban a poder descansar de su espantosa risa.

                                                                                                                                Ignacio Bracken      
Comisión 36


El trabajador perfecto
Ejecutar las directivas del jefe era cuestión de minutos. Ser feliz, le llevó toda la vida.

Problemas de vista
Fue después de haberse vuelto ciego, cuando aprendió a ver.

Impuntualidad
Vio la hora. Le temblaba el pulso; había llegado tarde por primera vez. Sentía algo extraño, algo que no había experimentado antes. En su interior… algo latía. “Estoy vivo”, pensó. Riendo, murió.

Locura
Se miró en el espejo. Ojos rojos. Desorbitados. La tez blanca, con una tensión insoportable. “Perdí la cabeza”. Se había vuelto cuerdo.


Paso del tiempo
Eran las siete de la mañana de un domingo. No pudo recordar la fecha exacta. Sobresaltada se despertó. Comenzó a dar vueltas por toda la casa. Buscó y buscó, pero todo fue en vano; el ramo de rosas ya no estaba…

Resaca
Cuando desperté, el dinosaurio seguía allí, balbuceando idioteces, sumido en los efectos de una noche de sexo y alcohol en exceso.
Francisco Moyano Larrazábal
Comisión 36

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